Uno de los eventos más importantes antes de iniciar cada temporada de la NFL es sin lugar a dudas el Draft, las jóvenes promesas esperan cerrar su primer contrato laboral, ante la mirada de miles de fans que sueñan con el refuerzo ideal para su equipo.

Pero qué sucede si eres uno de los principales atletas en el Draft y ves que los equipos se deciden por otro jugador que se desempeña en tu misma posición o prefieren apostar por reforzar otras áreas.

Esta le pasó al quarterback Aaron Rodgers, en el NFL Draft de 2005, en donde esperaba quedar dentro del Top Ten de los primeros elegidos, pero el destino le tenía preparada otra cosa.